Nacido en 1856 en Dublín, Oscar Wilde se encuentra sin duda, entre los mejores dramaturgos de la historia. Alterna, en la última década del siglo XIX, la escritura simbolista y la comedia de costumbre, que, sin duda, podemos incluir en el realismo.
Su origen -idolatraba a su madre, de origen italiano- formación -estudios en Dublín y Oxford-simpatizando con el Romanticismo y Simbolismo franceses- y su psiquismo hicieron de él un autor alabado y denostado a partes iguales.
Vida
Hijo de un otorrino y una poetisa, Wilde estudió en los mejores colegios de la época, como el Trinity College de Dublín, hablando varios idiomas.
Su primer desengaño amoroso fue con la joven Florence Balcombre, que terminó casada con otro autor, irlandés también, que pasará a la historia por su relato de terror “Drácula”, hablamos de Bram Stoker.
Contrae matrimonio con Constance Lloyd, hija de un abogado irlandés, en 1884, naciendo dos hijos del matrimonio.
A partir del nacimiento de su segundo hijo, comenzará otras relaciones con hombres, fuera de la pareja, como la que tuvo con el periodista Robbie Ross.
En 1891 comienza una relación tempestuosa con el aristócrata Lord Alfred Douglas (Bossie) que terminará por convertirse en su declive personal y profesional. El padre de Bossie, el Marqués de Queensberry , alertado por la relación que Wilde mantenía con su hijo, termina por llevarlo a juicio, en él se acusa al escritor de “indecencia grave y sodomía” y es condenado y encarcelado por dos años.
En la cárcel se le prohíbe escribir , aunque Wilde casi a escondidas, consigue redactar su obra “De profundis” en forma epistolar.
La salida de la cárcel supondrá un deterioro físico y mental del que ya no se recuperó. En ese tiempo en prisión murió su madre, perdió la custodia de sus hijos y la sociedad inglesa, que tanto lo había admirado, terminó dándole la espalda. Marchó a París, dejando en Inglaterra a sus dos hijos y esposa, que llegó a cambiarse el apellido para evitar el escándalo.
Murió en 1900 en un destartalado hotel francés, después de sufrir meningitis.
Obras
Cuentos, relatos, poesía, ensayos, nada se escapaba al ingenio de Wilde.
Su producción teatral abarca desde las mejores obras poéticas como “La duquesa de Parma” (1891), o “Salomé” (1984), escrita para la gran actriz Sara Bernhardt. Así como las comedias bien construidas “El abanico de lady Windermere” (1892) , “Una mujer sin importancia” o la más conocida de sus producciones “La importancia de llamarse Ernesto” (1895)
En cuanto a la parte como novelista sin duda la obra que más ha pasado a la posteridad sea “El retrato de Dorian Grey”, muy criticada en su momento por tratar temas tan controvertidos en la sociedad victoriana como la vanidad o la locura, precisamente porque la obra retratada sin fisuras esa sociedad.
La obra tiene reminiscencias del “Fausto” de Goethe y ha pasado a ser una de los mejores exponentes de las novelas de “terror gótico”.
Un gran autor, al que su extravagancia y sus relaciones homosexuales llevaron al descalabro profesional y personal, en una Inglaterra en la que pensar o sentir de modo diferente, era un agravio.
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