Es complejo resumir los hechos literarios, además de los biográficos, de una vida tan llena de acontecimientos. Amores legítimos e ilegítimos, pleitos, éxitos, beneficios, sinsabores y algún que otro fracaso, pueblan la vida del quizá más prolífico y genial de los dramaturgos en lengua española.
Vida de Lope
Félix Lope de Vega y Carpio nace en Madrid el 25 de noviembre de 1562.Demuestra desde niño una gran inteligencia, lo que hace a sus padres encomendar su educación al malagueño Vicente Espinel. Luego estudió con los jesuitas y en la Universidad de Alcalá de Henares, llegando a ser un hombre de gran cultura. Aunque sus estudios se interrumpieron pronto, al despertarse en la adolescencia sus dos pasiones: el amor y la literatura.
A los 20 años tiene su primera aventura amorosa conocida, se enamora de la bellísima actriz Elena Osorio (Filis). Al abandonarlo ésta por otro hombre de mejor posición social, Lope arremete contra ella y su familia con unos versos, lo que le valen la cárcel y el destierro.
Su siguiente amor será Isabel de Urbina (Belisa), cuya familia se opone a la boda, por ello el poeta termina raptádola y casándose con ella en 1588, enviudando unos años más tarde.
Vuelve a casarse, esta vez con Juana Guardo, una rica heredera, y poco después termina enamorándose de Micaela Luján (Camila Lucinda) una bella actriz con la que tuvo varios hijos.
En 1614, trás la muerte de Juana, de Micaela y alguno de sus hijos, decide ordenarse sacerdote, fruto de una crisis espiritual que le hace plantearse su vida licenciosa.
Pero vuelve Lope a las andadas y termina enamorándose de un joven casada, Marta de Nevares (Amarilis) fruto de la cual nace su hija Antonia Clara. Muere Marta en 1632, después de haber perdido la vista y la razón, dejando a Lope desolado, y agudizándose en él un sentimientos de culpa, lo que le lleva a una vida de recogimiento y penitencia, hasta que muere en 1635.
Lope poeta
El éxito y trascendencia como dramaturgo, han contribuido a ensombrecer otros aspectos de su producción literaria, pasando por alto que cultivó todos los géneros de su época, excepto la novela picaresca.
Junto con Góngora y Quevedo fue uno de los más grandes poetas del siglo XVII. Su estilo participa de los rasgos que caracterizan la poesía de su siglo (brillantez formal y sutileza de conceptos) pero con el sello de su personalidad y formación renacentista. A través de sus versos transita toda su vida, en una profunda emoción y en un fresco lirismo. Podemos clasificar su poesía en : lírica, narrativa o épica y didáctico-literaria
Lope y el «Arte nuevo de hacer comedias»
Lope acuñó en el “Arte nuevo de hacer comedias” , las innovaciones teatrales que dieron lugar al nacimiento del llamado “teatro nacional”. El fin de la comedia se condensa en tres principios: imitar las acciones de los hombres, pintar las costumbres y dar gusto al público, divirtiéndolo por medio de invenciones fantásticas o conmoviéndolo con la puesta en escena de conflictos pasionales.
Con el fin de agilizar el desarrollo de la temática , rompe con la regla de las tres unidades (unidad de lugar, de tiempo y de acción), presentando varias acciones en lugares y tiempos distintos.
Mezcla lo trágico con lo cómico, en virtud de lo cual la comedia se anima con variados contrastes y la divide en tres actos o jornadas: el primero constituye la exposición del asunto, el segundo , el nudo, y el tercero, el desenlace.
En cuanto al lenguaje, Lope suele ser sencillo en su expresión, a fin de atraerse a un público heterogéneo, a veces usa palabras y giros propios de una determinada época o de un grupos social para que se corresponda con el tiempo en que se desarrolla la acción o con la forma de hablar de las personas de esa extracción social.
Lope Dramaturgo
Lope fue un innovador de la escena , y supo aunar un extraordinario aliento popular con el gusto por las formas más refinadas del arte. Dejó mil ochocientas comedias escritas, y en su mayoría representadas, de las que se conservan cuatrocientas.
Aquí mostramos algunas:
- Comedias religiosas: “La creación del mundo”, “Lo fingido verdadero”
- Comedias mitológicas: “La bella Andrómeda”, “El vellocino de oro”
- Comedias históricas: “La imperial Otón”, “El bastardo Mudarra”
- Comedias de costumbres : “El perro del hortelano”, “El villano en su rincón”
- Comedias pastoriles: “El verdadero amante”, “La Arcadia”
- Comedias de enredo o de capa y espada : “La dama boba”, “El acero de Madrid”
- Comedias novelescas y caballerescas: “La mocedad de Roldán”, “El castigo sin venganza”
- Autos sacramentales: “La adúltera perdonada”, “El heredero del cielo”
Además de entremeses y loas.
En todas ellos da buena cuenta de un perfecto desarrollo dramático, que hace que cualquier comedia, por menor que parezca, goce de una excelente exposición y siempre tenga pasajes de gran altura. Si bien es cierto que no es posible mantener, dentro de una producción tan elevada, una constante calidad en sus asuntos y personajes. Pero quizá tenga unas cuarenta obras de muy primera línea, con creaciones que sustentan, por sí solas, el edificio dramático del autor. Comedias como “La discreta enamorada” o “Los melindres de Belisa”, bastan para definir las más divertidas disposiciones escénicas de las que han bebido los poetas posteriores. Dramas de honor como “Peribáñez y el comendador de Ocaña”, “Fuenteovejuna” o “El mejor alcalde, el Rey”, muestran un fino pulso dramático que conduce tramas tan escabrosas al mejor fin teatral imaginado, o tragicomedias inspiradas en el aliento popular, como “El caballero de Olmedo”, o en hechos de la historia convenientemente adaptados como “”El Duque de Viseo”. En unas y otras Lope eleva a sus personajes al convencional mundo de la poesía, pero también baja su lírica a ras de tierra, convirtiendo en materia escénica cualquier asunto y tema.
Una vida prolífica, como vemos, en amores, aventuras y mucha y buena literatura.
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