La voz es nuestra particular caja de música, que, a diferencia de los pianos o violines, no todas suenan igual. Esta diferenciación se debe al timbre, que convierte a nuestra voz en única, diferente.

La voz en el actor o actriz

En una obra convencional suelen aparecer distintos tipos de personajes: jóvenes, viejos, agradables, mezquinos, enamoradizos, crueles… y cada uno exige una voz determinada, que vaya en consonancia con su carácter.

De este modo, los ejercicios de voz, sirven para conseguir una buena dicción y para aprender a respirar mejor, y dominar nuestra particular e intransferible caja de música, el sonido que emitimos y cómo lo emitimos.

La voz en el actor o actriz

El trabajo de voz radica en cuestiones de sensibilidad, de práctica. No se trata de intelectualizar el problema y darle una solución teórica, hay que ejercitar la voz. Hemos de entender que la voz forma parte de nuestro cuerpo y que tenemos dentro una serie de órganos, gracias a los cuales podemos emitir sonidos. El motor de la voz, por decirlo de algún modo, lo forman el diafragma, los órganos de articulación y la regulación que hagamos de la energía resultante, esto es, del sonido.

Conviene evitar la tensión, la flojedad en los músculos, así como una excesiva energía que nos impida estar relajados. Resulta útil comenzar con ejercicios de lectura, gracias a los cuales podemos trabajar el ritmo de la frase, fijándonos en los acentos, las pausas, la cadencia musical, las palabras clave…

Un actor o actriz debe percatarse de que usamos la voz no para emitir sonidos sin más, sino para expresar cosas e ideas, de ahí la importancia de saber lo qué dice y por qué lo dice. Cuando alguien en el escenario “suelta” un parlamento, cualquier texto, tiene que preguntarse qué dice, por qué lo dice y cómo lo dice (el cuerpo debe manifestarse siempre en consonancia con la voz).En conclusión, la voz debe fluir según el comportamiento.

LA VOZ EN EL VERSO

La voz en el actor o actriz

Dentro de los ejercicios de voz, especialmente difícil resulta el decir del verso, ya que cualquier ruptura en el fluir del sonido alarga o acorta el verso, rompiendo su unidad y su ritmo. Sin embargo, tampoco puede declamarse de acuerdo al soniquete de la rima, pues así restamos valor a las palabras y encorsetamos el ser del personaje a unas rimas más o menos sonoras, pero siempre convencionales.

Se suele argumentar que uno de los problemas de la poca aceptación del teatro clásico en el público español, tiene que ver con la forma de recitar el verso, que a veces suena falsa y poco natural, demasiado “poética”. El problema radica en que el verso en el teatro por fuerza ha de diferir de el de la poesía; no pueden decirse del mismo modo, porque en el teatro el verso significa acción. Diálogo de un personaje con otro o consigo mismo. Por lo tanto, si un actor declama el texto teatral como un poema, rompe la acción y obliga al espectador a fijarse en los valores del propio verso y no en lo que dice y en cómo eso que dice interviene y modifica la acción; por otra parte, tratar de prosificar el verso y “soltarlo” como si no fuera tal, supone alterar un elemento del espectáculo y de su concepción. De ahí que el verso en el teatro deba conservar su condición poética, pero pronunciarse como si no fuera tal, haciendo hincapié no tanto en la rima como en las pausas y acentos, que ayuden al actor, con una debida entonación y vocalización, a transmitir al espectador la belleza de los versos y su significado dentro de la acción dramática. La práctica de hablar en verso y el estudio teórico que desentrañe el significado del mismo resultan fundamentales.

EJERCICIOS DE VOZ

La voz en el actor o actriz

Conviene empezar la práctica con una relajación, y preparar el cuerpo y la mente para el trabajo. Debe tenerse en cuenta que en ningún momento debe recaer tensión en la garganta. Se puede comenzar con una simple respiración, pero consciente. El alumno/a debe percatarse de que respira y de cómo lo hace, sujetando el aire con el diafragma y soltándolo después, poco a poco sintiendo en todo momento el proceso corporal que realiza.

Pasamos a continuación a ir pronunciando el abecedario, despacio, fijándonos en la particularidad de cada sonido, y en el modo en que cada persona lo ejecuta (algunas personas pueden tener dificultades con la erre, por ejemplo) de modo que cada uno de ellos tome conciencia de un hecho que inconscientemente hacemos todos los días.

A continuación pasaremos a trabajar con una frase cualquiera, ejercitando la pronunciación-vocalización, y dándonos cuenta cómo una simple frase puede variar su significado dependiendo de la forma en que sea dicha, lo que le lleva a descubrir que, cuando preparemos un personaje, además de pronunciar correctamente cada sonido, palabra y frases, debemos pensar donde poner el énfasis , la intensidad, pues tal decisión condiciona las características de un personaje y su interpretación.

La voz en el actor o actriz

Al mismo tiempo la frase puede servir para trabajar diferentes timbres de viejo, de niño, de deprimido, de amargado, y comprobar también las variaciones, los matices que aparecen dependiendo de cada persona y de su estado de ánimo.

Un trabajo apasionante, como vemos, el de la voz en el escenario, no basta con que nuestra voz llegue al auditorio, debemos además conmoverlo. Para ello en Scena trabajamos con diferentes técnicas para abordar el texto en el escenario, creando talleres intensivos de Dicción y Expresión Oral que ahonden en el mundo de la Técnica vocal.

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